Ejemplos tangibles de que la marcada diferencia de edad a veces es solo una anécdota
Jefferson Farfán bien puede cantar: “Y a la edad que tengo me nace un amor”
En Chollywood y también fuera de sus linderos las historias de amor con grandes diferencias de edad generan tanto curiosidad como debate. Veamos. El exarquero y conductor de televisión Paco Bazán, por ejemplo, presume su romance con Susana Alvarado, la sensual cantante de Corazón Serrano, varios años menor que él. Algo similar ocurre con el famoso animador argentino Marcelo Tinelli y la exuberante Milett Figueroa, una pareja mediática que ha cruzado fronteras (con la mamá de ‘la peruana’, Martha Valcárcel, al centro).
El cantante ecuatoriano Segundo Rosero lo resumió en “17 años” con una sola estrofa: “Yo vivía triste, sumido entre sombras, sin pensar siquiera, que existe la vida. Pero me ha llegado, a mí este momento, y a la edad que tengo, me nace un amor”.
Y la lista sigue. El exfutbolista Jefferson Farfán, de 41 años, disfruta su idilio con la ‘chinita’ Xiomy Kanashiro, de 27, y hasta suenan las campanas de boda. La chiclayana Brunella Horna, de 29, también entra en la estadística pues mantiene una sólida convivencia con Richard Acuña -el hijo de ‘plata como cancha’ César Acuña-, que suma 41 años. El suertudo de Yako Eskenazi tiene darse por agradecido al tener como cónyuge a la bellísima Natalie Vértiz; es decir, 45 frente a 34 años, 11 de diferencia.
Y así por el estilo. Incluso en la política encontramos casos llamativos, como el del alcalde de Santiago de Surco y exministro Carlos “Techito” Bruce, quien se casó con Alejandro Quiroz, un joven al que le lleva cerca de 45 años de diferencia.
¿Cuánto importa la edad cuando hay amor? El amor, dicen los románticos, no entiende de números. Sin embargo, en una sociedad como la nuestra, todavía conservadora en muchos aspectos, las parejas con grandes diferencias de edad despiertan suspicacia, rumores, murmullo. Las redes sociales se encienden: unos aplauden la autenticidad de los sentimientos; otros sospechan que detrás de la atracción hay conveniencia, admiración por el poder o simplemente dinero, money.
De otro lado, los psicólogos suelen explicar que la edad, más que un obstáculo, pone a prueba la compatibilidad emocional y los objetivos de vida. Cuando hay respeto, comunicación y proyectos comunes, la brecha generacional puede pasar a segundo plano. Pero también advierten que, si uno de los dos asume un rol paternal o de dependencia económica, la relación puede volverse desequilibrada y acechada por el adiós.
Poderoso caballero es don Dinero. Resulta imposible negar que, en muchos de estos amoríos, el factor económico, o sea el ‘bigote’, despierta tanto interés como el amor mismo. El viejo dicho “billetera mata galán” sigue vigente y presente en el imaginario colectivo. Personajes con éxito, fama o estabilidad económica suelen atraer a parejas más jóvenes, lo que lleva a pensar que, al menos en algunos casos, el dinero puede pesar más que los sentimientos. Y allí se configuran los sugar daddies, hombres que se pudren en plata.
Sin embargo, reducir el amor a una transacción sería simplificar demasiado. En el mundo de la farándula -donde la imagen, el estatus y la exposición pública influyen demasiado- los vínculos se forman también por afinidad, admiración y complicidad emocional. No todo es oro (ni marketing) en esas historias.
Amor sin fecha de caducidad. En tiempos donde las redes sociales dictan opinión y el amor se mide en “likes”, las parejas con diferencia de edad nos obligan a repensar prejuicios. Al final, cada historia es un universo: algunos amores se alimentan del interés, otros del cariño genuino y otros simplemente de la química inexplicable que surge cuando dos miradas se cruzan.
Porque, como decía Segundo Rosero, “a la edad que tengo me nace un amor”. Y quizá eso sea lo único que realmente importa. Y cuidado que el ecuatoriano también ha sentenciado que “nada es eterno en el mundo, ni teniendo un corazón, que tanto siente y suspira, por la vida y el amor”.
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años tiene Milett Figueroa y 65 Marcelo Tinelli.
“Cuando hay respeto, comunicación y proyectos comunes, la brecha generacional puede pasar a segundo plano”.
Los sugar daddies son hombres que hacen regalos costosos (celulares de alta gama, ropa de marca, perfumes caros, etc.) a cambio de acompañamiento, intimidad y relaciones sexuales.
“El amor es mejor maestro que el deber”. Albert Einstein sugiere que el amor tiene una capacidad de enseñar que trasciende las limitaciones impuestas por el tiempo y la edad.