Obispo de Juli fue echado de la Iglesia: Ciro Quispe López tenía más de diez mujeres y denuncias por estafa y corrupción

El papa León XIV aceptó la renuncia de Ciro Quispe López luego de  revelarse una red de vínculos amorosos, corrupción y manejo irregular de fondos, según investigaciones respaldadas por testimonios y evidencias recabadas en la prelatura de Puno

El papa León XIV aceptó la renuncia de Ciro Quispe López, obispo de Juli, tras la revelación de un escándalo que involucró a diez mujeres y acusaciones de estafa y corrupción en la administración eclesiástica de Juli, Puno. El caso se hizo público en julio de 2024.

Según información difundida por la revista Hildebrandt en sus trece, Quispe López sostuvo simultáneamente relaciones íntimas con al menos una decena de mujeres, incluyendo monjas, novicias y empresarias de Cusco. El medio señala que las pruebas presentadas ante el Vaticano incluyeron audios, fotos, videos y mensajes, recabados por las propias mujeres involucradas y una exempleada del obispado conocida como “Julia”.

El Vaticano aceptó la renuncia de Ciro Quispe López, obispo de la Prelatura de Juli, tras revelarse que mantenía relaciones sentimentales con más de diez mujeres y estaba involucrado en presuntos actos de estafa y malversación. Las investigaciones apuntan a que el religioso convirtió el obispado en una casa de encuentros.

Un nuevo escándalo sacude los cimientos de la Iglesia Católica peruana. El obispo de Juli, Ciro Quispe López, fue acusado de llevar una doble vida: mientras predicaba sobre valores cristianos y defensa de la familia, mantenía relaciones sentimentales con más de diez mujeres, entre ellas monjas, novicias y empresarias.

El religioso, ordenado en 2018, enviaba audios y mensajes amorosos por WhatsApp a sus parejas, utilizando expresiones como “mi gorda preciosa”, muy alejadas del lenguaje de un pastor de la fe. Las pruebas —audios, videos y fotografías— fueron recopiladas por las propias mujeres y una exempleada del obispado conocida como Julia, quien decidió denunciarlo ante las autoridades eclesiásticas.

El caso estalló cuando las amantes del obispo coincidieron en su fiesta de cumpleaños número 50. Según el periodista Liubomir Fernández, la celebración terminó en un enfrentamiento entre las mujeres, que descubrieron que todas mantenían una relación con el mismo sacerdote. Desde entonces, los testimonios y evidencias comenzaron a salir a la luz.

“Empecé a contar la verdad, que estaba con la Roxana, con la señora Noni, con la soprano Edith, con una chilena…”, relató una de las testigos. Las revelaciones fueron tan contundentes que el Vaticano envió un comisionado para investigar los hechos en la Prelatura de Juli, en Puno.

UNA DOBLE VIDA CON SOTANA 

Los audios filtrados muestran a un hombre muy distinto al que oficiaba misa. En ellos, Quispe López se despedía con frases románticas, hablaba de planes personales y mostraba una faceta íntima incompatible con su voto de castidad. “Te amo mucho, mi gorda preciosa”, se le escucha decir en una grabación difundida por medios locales.

La exempleada Julia relató que el obispo utilizaba las instalaciones del obispado para sus encuentros. “Veía toallas higiénicas, rastros de sangre en la cama, pelos de mujer en la ducha… Todo eso tenía que limpiar”, contó la mujer, quien denunció también haber recibido amenazas después de exponer el caso.

“Veía toallas higiénicas, rastros de sangre en la cama, pelos de mujer en la ducha, latas de cerveza. Sus sábanas tenían manchas… Todo eso tenía que limpiar”, declaró “Julia”, quien también denunció amenazas tras exponerse el caso. Otros empleados confirmaron al periodista Moncada la existencia de múltiples visitas femeninas al recinto y mencionaron un episodio en que el obispo ofreció alcohol a una menor durante la pandemia.

El medio Hildebrandt en sus trece reveló que el obispo habría desviado cerca de 100 mil soles de un programa de Naciones Unidas, dinero destinado a asociaciones beneficiarias de Ácora. La presión fue tal que los dirigentes locales amenazaron con hacer un “castigo público” si el dinero no era devuelto.

 ESTAFAS Y CORRUPCIÓN A PLENA DISPOSICIÓN 
Las investigaciones periodísticas también apuntan a presuntas irregularidades administrativas. Una de sus parejas, Elizabeth Céspedes del Carpio, recibió contratos del obispado para campañas médicas; otra, Noni Ayestas Castillo, obtuvo cargos y proyectos para su familia.

El empresario Bernabél Quispe Mamani aseguró que invirtió 280 mil soles en la remodelación de una casa de retiro perteneciente a la Iglesia, creyendo que el obispo le alquilaba el predio. “Me ha estafado y me ha sacado por la fuerza. Es un matón que merece ir a la cárcel”, dijo el afectado.

Incluso se descubrió que parte del mobiliario de esa casa fue trasladado a una pollería de propiedad de Quispe López en Cusco, de nombre irónicamente apropiado: ‘Patas Arriba’.

El Vaticano, a través del obispo de Tacna y Moquegua, Marco Cortez Lara, entrevistó a las denunciantes y recolectó las pruebas que finalmente llevaron a la renuncia forzada de Ciro Quispe López. El papa León XIV aceptó su dimisión en julio de 2024.

Antes de marcharse, Quispe López ofició una última misa en Juli. Lo que debía ser una ceremonia de despedida se convirtió en un acto de reclamo popular: decenas de feligreses le exigieron rendir cuentas por los fondos y las acusaciones. El hombre que se presentaba como defensor de la moral cristiana terminó dejando el púlpito entre denuncias de amoríos, corrupción y traición a su fe.

Los fieles de la comunidad aymara se sintieron traicionados. “¿Cómo puede un cura predicar sobre el respeto a las mujeres y vivir así?”, cuestionaron los pobladores, que además exigieron explicaciones por el manejo irregular de fondos en proyectos sociales y programas de ayuda.

Las denuncias no se limitaron a la vida privada de Quispe LópezSin Fronteras y Hildebrandt en sus trece expusieron contratos y beneficios que el obispo habría adjudicado a algunas de sus parejas. Entre las personas señaladas está Elizabeth Céspedes del Carpio, propietaria de una clínica que recibió contratos del obispado para campañas de salud, y Noni Ayestas Castillo, arquitecta que obtuvo cargos y contratos para su familia mediante proyectos comunitarios.

En otro caso, el obispo habría gestionado el alquiler de una casa de retiro, propiedad de la Iglesia, sin usar los fondos internacionales destinados para su remodelación, intentando luego justificar el gasto con las facturas del arrendatario. El empresario Bernabel Quispe Mamani asegura que invirtió 280.000 soles en el inmueble y que fue desalojado tras reclamar la situación. “Es un matón que merece ir a la cárcel”, sostuvo el empresario a Hildebrandt en sus trece.

En 2023 se comprobó que mobiliario de una casa de retiro fue trasladado a una pollería de propiedad de Quispe López en Cusco, según el reportaje de Sin Fronteras.

Investigación del Vaticano y reacción final

El Vaticano envió en dos oportunidades al monseñor Cortez Lara para entrevistar a las denunciantes, recopilar evidencia física y tomar testimonios del entorno eclesiástico. Según el periodista Liubomir Fernández, consultado por Hildebrandt en sus trece, las mujeres involucradas recibían roles destacados en la prelatura como parte de una estrategia para mantener dominio emocional sobre ellas.

El martes pasado, Ciro Quispe López ofició una misa de despedida en la catedral de Juli, evento que la comunidad transformó en un reclamo público por los fondos no rendidos. El acto selló la salida del obispo, mientras múltiples denuncias civiles y eclesiásticas permanecen abiertas.

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